El mandala representa la totalidad y la unión de todas las partes del ser. Cada trazo del mandala simboliza una dimensión que, al integrarse, devuelve a la mujer al centro de sí misma.
El método combina la sabiduría de diferentes disciplinas (PNL, Coaching, Grafología, Psicología Positiva, Mindfulness y Mandalas) en un proceso estructurado de 8 trazos que guían a la mujer desde el caos hacia la plenitud.
Consciencia – Darse cuenta de la desconexión y reconocer la necesidad de cambio.
(Coaching + escritura consciente)
Liberación – Soltar hábitos, creencias y bloqueos emocionales que pesan.
(PNL + mandalas terapéuticos)
Presencia – Romper con el piloto automático y aprender a habitar el ahora.
(Mindfulness + ejercicios de estrés)
Escucha – Reconectar con la intuición, la voz interna y los deseos reales.
(Grafología + meditación guiada)
Valoración – Redescubrir la propia esencia, talentos y dones ocultos.
(Psicología Positiva + bitácora de logros olvidados)
Deseo – Encender el fuego interno y atreverse a soñar un futuro propio.
(Coaching de propósito + visualización creativa)
Claridad – Redibujar un camino vital coherente con la nueva identidad.
(Plan de acción + escritura proyectiva)
Renacimiento – Integrar todo el viaje en un compromiso auténtico con una misma.
(Ritual simbólico + carta al yo futuro + compartir en círculo)
Al completar los 8 trazos del Mandala Interior, la mujer experimenta:
✔ Liberación del peso del estrés y la autoexigencia
✔ Reconexión con su esencia y voz interior
✔ Renovación de energía, calma y motivación
✔ Claridad para elegir desde su autenticidad
✔ Renacimiento en una versión más plena, consciente y centrada
Imagina un mandala circular en 8 partes, cada una con un color y palabra clave:
Centro (blanco-dorado): Esencia
1. Consciencia (violeta)
2. Liberación (azul profundo)
3. Presencia (verde)
4. Escucha (turquesa)
5. Valoración (rosa)
6. Deseo (naranja)
7. Claridad (amarillo)
8. Renacimiento (rojo coral)
🔸 Cada parte se dibuja como un pétalo del mandala, rodeando al centro luminoso que simboliza el yo verdadero.
🔸 Es una imagen arquetípica y femenina, que transmite calma, belleza y transformación.